Tomb Raider 1-3 Remastered – Análisis
Aventurarse en la piel de Lara Croft por primera vez en 1996 fue una experiencia que marcó a toda una generación. Explorar espacios en tres dimensiones, con acción, puzles y esa narrativa y ambientación propia de películas de Indiana Jones cautivó a millones de jugadores alrededor del mundo. Ahora, casi 30 años después, que se dice pronto, Tomb Raider I – III Remastered nos invita a revivir esas míticas aventuras con un lavado de cara visual y algunas mejoras jugables.
La Lara que marcó a una generación
Tomb Raider I – III Remastered es, como su nombre indica, una remasterización de las tres primeras aventuras de la saga y sus expansiones, que nos pone en la piel de la curtida aventurera Lara Croft en busca de artefactos perdidos por todo el mundo.
Son tres títulos que, en cierto modo, fueron pioneros de las aventuras de acción y exploración en tres dimensiones y que, lejos de la tendencia actual de hacer todo espectacular y peliculero, priorizaban la exploración y la resolución de puzles como pocos juegos han hecho después de ellos.
De hecho, jugando a esta remasterización nos ha llamado mucho la atención cómo prácticamente nadie ha recuperado esta fórmula «del éxito»Venir de Tragamonedas Gratis Online. Ni los Tomb Raider nuevos, ni los Uncharted; nada tiene la esencia de estos clásicos. El estar completamente perdidos, solos, con la única compañía de los efectos de sonido, los enemigos y alguna melodía de manera puntual es algo que echábamos de menos más de lo que pensábamos.
Recientemente se ha abierto el debate de las líneas amarillas para guiar al jugador y, aunque entendemos por qué se hace, no vamos a negar que hemos agradecido perdernos en estos Tomb Raider. Y sí, está claro que la geometría tan simple de estos juegos te marca con qué puedes interactuar, pero no te indica el camino, los objetos o el objetivo. Y sí, nos hemos perdido, hemos dado muchas vueltas y nos hemos desesperado a veces, pero la satisfacción de conseguirlo es mucho mayor que la de llegar al siguiente punto en el mapa.
Esto no quita que haya otros aspectos que hayan envejecido mal. Incluso si nos gusta que haya que pararse y medir cada salto, los controles requieren paciencia. Los tiroteos ya, son punto y aparte, y, con diferencia, lo que peor ha envejecido. Disparar mientras damos saltos, volteretas, y rezamos porque Lara no se choque con algo y nos maten no es particularmente atractivo, pero te acabas acostumbrando. Como sabéis, hay un esquema de control nuevo que incluso permite controlar a Lara libremente con el stick izquierdo, además de reasignar los botones para ofrecer un sistema relativamente más actual, pero creemos que merece la pena hacerse a los clásicos, ya que son mucho más precisos.
Un lavado de cara simple pero efectivo
Visualmente, Aspyr ha hecho el mismo trabajo que nuestro cerebro al recordar los Tomb Raider originales. Ha cambiado las texturas, la iluminación y los modelados de los personajes para recrear esa ficticia imagen mental que teníamos de los juegos, pero que no se corresponde con la realidad, como podemos ver en cualquier momento con tan sólo pulsar un botón para volver a los gráficos originales. En general, es un trabajo sensacional, que mantiene intacta la esencia a la vez que los adapta a una estética más actual, pero también es muy, muy irregular. Por una parte, ciertos objetos claramente visibles en el original son prácticamente imposibles de ver con los gráficos actuales, y por otra, mientras que algunas texturas encajan perfectamente en los escenarios, otras no pegan ni con cola, como podéis ver bajo estas líneas.
La jugabilidad se mantiene fiel a la esencia de los juegos originales, con Lara Croft recorriendo escenarios plagados de enemigos, trampas y puzles. Se han implementado algunos ajustes para mejorar la experiencia, como un sistema de movimiento más actual, la posibilidad de mover la cámara con el stick derecho y la opción de reasignar botones, pero no esperéis nada radical. Y nos parece genial. Sí que nos habría gustado tener en consola un sistema de guardado y cargado rápido. No hay autoguardado de ningún tipo, y tenemos que pulsar Select, bajar, abrir el pasaporte, pulsar derecha y seleccionar una ranura de guardado cada vez que queremos guardar, algo que por nuestro bien, queremos hacer con bastante frecuencia.
En lo sonoro, es un juego que apuesta por lo ambiental, con una banda sonora genial pero que se hace de rogar, y que sirve para potenciar esa sensación de soledad y exploración. Queremos mencionar que, si bien hay textos en nuestro idioma para los tres juegos los dos primeros parecen haberse traducido automáticamente, porque las pifias que hay no son normales. Para que os hagáis una idea, St. Francis Folly (folly es un tipo de edificio conocido generalmente como «capricho» en español) se ha traducido como La loca St. Francis. Y no es la única pifia del estilo. Por otra parte, no hay doblaje para los dos primeros, tan sólo para la tercera entrega que ya llegó en su momento doblada a nuestro país.
Una excelente aventura repleta de nostalgia
Hemos disfrutado volver a estos tres juegos más de lo que esperábamos. Es cierto que los tiroteos y ciertos momentos han envejecido mal, pero la sensación de aventura y exploración que ofrecen es prácticamente única, y prácticamente imposible de encontrar hoy en día. Tiene más problemas de los que debería en lo visual, como objetos casi imposibles de ver con los gráficos actuales o algunas texturas que no encajan en absoluto con los escenarios, pero en general es un lavado de cara muy acertado. Todo esto hace de Tomb Raider I – III Remastereduna remasterización más que recomendables para los fans de la saga (quienes encontrarán aquí alguna que otra sorpresa) o para quienes quieran explorar una época muy interesante de la industria, lejos de mapas, iconos y líneas amarillas.
Hemos realizado este análisis tras comprar el juego para PC en Steam.